sábado, 12 de enero de 2008

YA ES DE NOCHE


Hace un mes me quejaba de lo interminables que se hacían los días, parecía que el sol se quedaba con nosotros mas tiempo del debido, la luz invadía todo y no se acababa nunca. La vida esta plenamente marcada por el calendario que sin darnos cuenta nos obliga a muchísimas cosas que tal vez no quisiéramos hacer. Hoy de repente a poco mas de las siete de la tarde se oscureció todo, dando la impresión de que era la hora de ponernos en los brazos de Morfeo, pero no, tan solo me ha hecho ponerme al teclado al recordar que no había pasado aun por aquí. El sol aun calienta un poco durante el día, pero en cuanto se va al otro lado del mundo nos deja helados, y es algo desagradable el salir por la mañana relativamente abrigado, pasando incluso frió, con las manos gélidas y la nariz chispeando, para luego cuando el sol nos mira desde mas arriba empecemos a quitarnos la ropa de abrigo y tener un calor también relativo pues es solo la sensación de que el sol quema aunque la temperatura siga no mas de veinte grados. Veinte grados hoy después de la apurada mañana parecen cuarenta y cuando vuelva el verano esos mismos veinte parecerán cinco y todos gritarían este mundo se muere con el cambio climático. Las inclemencias del tiempo son nuestro enemigo mas próximo y no tienen quien las defienda. Haga el tiempo que haga siempre es malo, rara vez encuentras a alguien que diga que tiempo mas maravilloso. El se encarga de arruinar vacaciones o dejar helados a los invitados de una boda. El tiempo es el que organiza nuestros armarios roperos, el que nos obliga a tapar mas o menos nuestros débiles ojos, reseca nuestra piel o la hidrata, y nos hace cambiar con facilidad y rapidez (o sera también facilidaZ de Zapatero) de humor. Los países con menos horas de luz convierten a las gentes en personas mas frías y reservadas, pero también imagino que unirá mas a la familia en torno al hogar. Aquí acostumbrados al clima mediterráneo somos gente de bar y de terraza, pero diantres ¡¡¡ solo pensamos en comprarnos una casa donde vivir lo menos posible. Y esas casas que también han cambiado, pues antes nadie quería los áticos por el calor, las filtraciones de agua y que ahora son lo mas preciado y lo mas caro, sera para sentirnos como en la calle sentados en la terraza, mas bien en nuestra terraza en propiedad. Es divertido el cambio de estaciones, pues te permite cambiar de ropa y de colores. Nunca comprendí porque se llevan los colores oscuros en el invierno y los claros en el verano aunque sea para retener o alejar los efectos de los rayos de sol, pero no me digáis que si el invierno es triste y frió no podríamos alegrarlo un poco con amarillos, naranjas o verdes pistacho, pues no el azul marino del PP y el negro eclesiástico. Y celebramos las navidades en invierno que aquí es frió y en el sur de este planeta es cálido, pues si que he pasado varias navidades en países pasando calor y se hace extraño, no se siente la navidad, en las casas se asa uno de calor, y como que no apetece mucho el turrón. Sin embargo aquí en navidad nos ponemos morados de champagne o cava bien fresquito pese al frió. Recuerdo las navidades de brasero, nieve, niebla, y el nacimiento cargado de harina que imitaba la nieve exterior, ¿pero habrá nevado alguna vez en Belén? Pues desde luego que si porque si realmente nació Cristo en diciembre pues pasarían mucho frió y caerían grandes nevadas, pero no se ponen de acuerdo con eso de los calendarios judíos y cristianos. Una vez leí que si nació en diciembre que hacían los pastores durmiendo al raso con las heladas que hay por allí. Pero bueno todo eso es otro cantar y aquí lo que nos interesa es que cada día oscurece antes...... y eso influirá en la factura de la luz, pero ya nos cambiaran el horario en unos días, y seguiremos hablando de todo esto. Abrigaros que las noches ya vienen frías y buenas noches

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