
Hacia tanto tiempo que no estaba ocioso en Zaragoza que no me daba cuenta de lo divertido que era pero tan caro al mismo tiempo. Y pasando pues una semana en la ciudad como si estuviera de vacaciones he descubierto las bondades de la vida en España. Salir de tapas, tomar unas copas, algo que tenemos tan en nuestras vidas y que yo había olvidado. En primer lugar hay que ver como cambian las zonas de sitio. Ahora si quieres encontrar gente debes de ir al Tubo, que yo conozco tan bien, y donde han surgido nuevos bares como setas en temporada. Pero lo que antes era un lugar económico donde tomarte un pincho y un vino de la casa, se ha transformado en la nouvelle cuisine de la tapa y el pincho, con unos precios que valgame Dios ¡¡ Aunque aun quedan los de antes como Bodegas Almau que es una delicia.
Y es que casi tres euros y sin casi por una tapa clama al cielo. Cuando me cuentan que hay gente que en vez de ir a un restaurante come de tapas, me pregunto como pueden pagarlo o es que no son grandes comedores. Una tapa es un gusto nada mas, un sabor para experimentar. Es tan solo una preparación para el oficio gastronómico. La comida es otra cosa.
Los vinos han mejorado mucho. En un bar cercano a la plaza de santa Marta anuncian botellas de vino del priorato de casi 600 euros. con ese dinero la parejita podría tomar un avión a París, ida y vuelta, subir a la torre Eiffel, cenar en Maxims, y volverse al día siguiente después de un desayuno en Champs Elissees.
Escandaloso resulta que subir al aeropuerto en taxi cuesta el doble que un billete de avión a Londres. Y un taxi desde casa a la estación intermodal tanto como un billete de ida y vuelta a Uncastillo que esta a mas de 100 kms de distancia.
Si se sale de copas por alguna zona, un cubata mal preparado te cobran 7 euros, y no digamos un chocolate con churros en la recién inaugurada en la plaza de Sas que cuesta casi 5 euros.
Las cosas han perdido su valor. Si se comparan precios resulta increíble pensar como podemos gastarnos una cantidad en cosas que no tienen ese valor y sin embargo nos volvemos locos por otras cosas que realmente si tienen el valor de lo que piden.
Y si esos precios vinieran acompañados de un salario justo para los trabajadores pues aun seria permisible. Una habitación de hotel a 90 euros la noche, cuando solo estas pocas horas allá, sin gastar casi nada, es cubalibre a precio de una botella de litro, un chocolate a 5 euros cuando los productores allá en Colombia del cacao se mueren de hambre trabajando de sol a sol.
Hemos perdido el rumbo y desconocemos el valor de las cosas.
Y es que casi tres euros y sin casi por una tapa clama al cielo. Cuando me cuentan que hay gente que en vez de ir a un restaurante come de tapas, me pregunto como pueden pagarlo o es que no son grandes comedores. Una tapa es un gusto nada mas, un sabor para experimentar. Es tan solo una preparación para el oficio gastronómico. La comida es otra cosa.
Los vinos han mejorado mucho. En un bar cercano a la plaza de santa Marta anuncian botellas de vino del priorato de casi 600 euros. con ese dinero la parejita podría tomar un avión a París, ida y vuelta, subir a la torre Eiffel, cenar en Maxims, y volverse al día siguiente después de un desayuno en Champs Elissees.
Escandaloso resulta que subir al aeropuerto en taxi cuesta el doble que un billete de avión a Londres. Y un taxi desde casa a la estación intermodal tanto como un billete de ida y vuelta a Uncastillo que esta a mas de 100 kms de distancia.
Si se sale de copas por alguna zona, un cubata mal preparado te cobran 7 euros, y no digamos un chocolate con churros en la recién inaugurada en la plaza de Sas que cuesta casi 5 euros.
Las cosas han perdido su valor. Si se comparan precios resulta increíble pensar como podemos gastarnos una cantidad en cosas que no tienen ese valor y sin embargo nos volvemos locos por otras cosas que realmente si tienen el valor de lo que piden.
Y si esos precios vinieran acompañados de un salario justo para los trabajadores pues aun seria permisible. Una habitación de hotel a 90 euros la noche, cuando solo estas pocas horas allá, sin gastar casi nada, es cubalibre a precio de una botella de litro, un chocolate a 5 euros cuando los productores allá en Colombia del cacao se mueren de hambre trabajando de sol a sol.
Hemos perdido el rumbo y desconocemos el valor de las cosas.
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