sábado, 12 de enero de 2008

REFLEXIONES EN UNA TARDE MUY FRIA MIENTRAS ACABA LA LAVADORA SU TRABAJO


1- Aún conservo mi primer reloj, me lo regalo mi padrino el día de mi primera comunión. Era, es un Festina chapado en oro, de esos que ponen la cantidad de rubíes con los que funciona. Y realmente aun funciona como el primer día, y lastima que sea de tamaño de niño de 7 años porque sino seguro estaría aun en mi muñeca. Todos nos dejamos seducir por lo nuevo, cuando alguien se compra un abrigo por ejemplo, seguro que el antiguo se queda todo el invierno en el armario. Los zapatos viejos ya domados con los que andamos como sino lleváramos nada, son aparcados en el trastero para ponernos el zapato nuevo, duro, que nos hace rozaduras, que estarán con nosotros hasta que sean tan viejos como los olvidados. Yo recuerdo con cariño cada uno de los viejos coches que he tenido, mi 850, mi 150, mi 505, y como no mi Ds de Citroen o mejor mi Tiburón. Mientras yo recuerdo mis coches los demás están pensando en cual sera el siguiente que se compraran y le ponen a su coche los cuernos cada vez que miran con envidia el coche del vecino, o el que ha aparcado a su lado en el garaje de la plaza del Pilar. Ahora ni siquiera llevo reloj, el tiempo me resulta relativo, pero conservo cada uno de los relojes que he tenido y no me importa ponérmelos porque cada uno es el recuerdo de un momento de la vida. Quien no tiene su Festina, no tiene recuerdos ni historia.

2- Conservo mis amigos de siempre. Quizás no nos vemos, quizás están lejos la mayoría,pero se que están ahí. Como las familias, los amigos se vuelven a ver en ocasiones puntuales, y cuando hay algún acontecimiento se ponen en contacto para comunicarlo. Y aquellos que pasaron por mi vida sin dejar demasiada huella siguen estando en mi memoria, y es que la memoria es algo que no nos falla, sino es por un problema de salud. Siempre fui fiel a esas personas que mantuvieron un contacto mas o menos intenso, que compartieron sus estudios o su diversión. Personas con las que tuvimos conversaciones de mil temas y con las que vivimos miles de anécdotas. Algunos no se donde están, otros un día te los encuentras de casualidad y muchas veces has olvidado su nombre pero en la memoria siempre quedan mil recuerdos que en ese momento aparecen como luces uno detrás del otro. Hoy día con este medio de comunicación que es Internet todo se solapa y se confunde. Un día conoces a alguien que te parece estupendo y con el que hablas y crees que es alguien con el que podrías compartir muchas cosas , pero al día siguiente ya no es así, mas aun si aparece otra persona con la que crees aun tienes mas afinidad, y que mola mas aun. Y así se produce una concatenación imparable, que lo único que logra es que no conozcas realmente a nadie. Es complicada la mente y la personalidad de cada uno para querer adivinarla y juzgarla en media hora de conversación. Si uno mismo se sorprende de si mismo con alguna reacción incontrolada, como sera posible que alguien crea conocerte en media hora de charla. Quizás alguien haya leído mi blog durante estos casi tres meses que lleva renovándose día a día, y quizás si sepa un poco mas de como pienso y que cosas rondan por mi cabeza. Quizás por el contrario gente que lo haya leído y que me conozca desde hace tiempo se sorprenda de muchas cosas y diga, no sabia que Cesar podía pensar así de este tema. Lo mismo que con los objetos, que son cambiados día a día por novedades, muchos hacen lo mismo con las personas. Creen que lo nuevo es lo mejor, pero tan solo es un efecto óptico motivado por la novedad en si misma.

3- En un plano mas cercano están las relaciones, digamos sentimentales, donde hay un contacto diferente y donde a veces nos creemos poseedores de las otras personas. Cuando hay un contrato legal o establecido tenemos una serie de obligaciones y derechos sobre la persona con la que hemos decidido ese avance en una relación. Cuando queremos vender una casa, si hay dos propietarios, tienen que firmar estando de acuerdo ambos, pero fijense que cuando hay un contrato de pareja o de matrimonio uno de los intervinientes puede rescindirlo sin consentimiento del otro, con lo cual, es mas importante la relación de posesión de un bien que la de personas. Y en esa relación influye mas si cabe el hecho exterior. En ese momento estamos viviendo una novedad con lo cual las cosas casi siempre salen bien, son momentos felices, diferentes a lo habitual. Pasando un tiempo la novedad ya no esta en casa sino fuera. La importancia ya no es mantener lo que uno tiene sino probar la relación con otra persona, para comparar si lo que tenemos es lo mejor o no. Una vez comprobado que la vida en pareja es genial, diferente a lo que habíamos vivido, solo queda variar la composición y eso da lugar al engaño y a su propio fin. Comienza pues un intervalo de pruebas por ver como seria el hecho con diferentes personas, pudiendo así elegir entre lo que ofrece el mercado. Unos pueden aportar mas diversión, otros pueden ser personas entregadas al placer, otros por el contrario son generosos y aportan regalos y caprichos. Así pues se van probando las diferentes modalidades de un mismo hecho. En muchas ocasiones actúa la memoria y algunos recuerdan situaciones anteriores y juzgan que podía haber sido mejor cualquiera de ellas que la actual.

4- La vida pasa, gira, y nos envuelve, y muchas veces acaba sin esperarlo, por sorpresa. Los pensamientos vuelven y se entrelazan, a veces nos persiguen. ¿Cuantas veces quisiéramos dar marcha atrás y volver a tener algo que tuvimos: quisiéramos recuperar nuestro antiguo reloj, quisiéramos reir de nuevo con los viejos amigos, quisiéramos conducir de nuevo aquel coche que tantos momentos buenos nos produjo, y que de nuevo la melena volara al ritmo de su velocidad. ? O tal vez quisiéramos recuperar aquella persona que nos dio alas, que cambio nuestras vidas, aquella persona que vemos en el recuerdo y que nos dio tantos consejos, que nos ayudo en la dificultad o nos cuido un día de enfermedad. Quisiéramos volver a ver a aquel que nos era tan fiel, que siempre estaba allá, pero que tal vez lo dejamos por algo nuevo, diferente y atractivo, pero que en definitiva también lo dejamos pensando en que íbamos a encontrar alguien mejor a la vuelta de la esquina o escondido en la mesa de un café o en la lista de un chat. Quizás lo bueno no esta en lo nuevo, en lo moderno, en lo sugestivo, sino en lo mejor, en lo útil, en lo sincero. La vida a veces es breve y no da tiempo a rectificaciones. A veces tenemos tiempo, pero para volver a encontrar lo que queremos, hay que guardarlo en un cajón, en una de esas cajitas del colacao que no se rompen ni se estropean. Si un día tenemos necesidad de eso o de ellos, había que haberlo guardado, porque si pensaste que ya no iba a servir, si pensabas que lo nuevo era mejor y te iba a durar para siempre y no lo guardaste, y lo tiraste como se hace con las cosas viejas ya no podrás volverlo a tener.

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