sábado, 12 de enero de 2008

DE PROFESION MENTIROSOS

Tenia yo 8 años y me encontré por la calle con los padres de un compañero de colegio. A veces nos juntábamos en su casa para jugar. El padre trabajaba en la caja de ahorros y el hijo era de los mas inteligentes de la clase. Ellos comenzaron a hablar de sus vacaciones en la playa, y yo no conocía siquiera el mar, mas aun tarde mucho tiempo en ver el mar, pese a que este país si algo tiene es muchos kilómetros de costa. Que si habían estado en su apartamento, que si habían ido con su coche, y mil cosas mas. Después ellos me preguntaron que donde había pasado yo mis vacaciones; de niño siempre me llevaron al pueblo, pues mis padres tenían mucho trabajo y nos llevaban a todos a Sediles con mis tíos. Pero me pareció mal que pensaran que nosotros eramos tan pobres que veraneábamos en un pueblo de 200 habitantes, pese a que yo me divertía allá como nadie sabe, y le dije que habíamos estado en la playa también. Nada mas decir esto,sin mediar mas conversación dijeron que niño mas mentiroso, decir que ha estado en la playa estando tan blanco. Y se fueron y me dejaron ahí mas rojo que un tomate. Me sentí mal, me sentí lo peor de este mundo, pues mi primera mentira solo sirvió para dejarme peor de lo que yo pretendía, que era no parecer menos que ellos. En ese momento me di también cuenta que nunca podría volver a mentir, primero porque no era bueno y la mentira es un arte que solo los que la tengan en sus genes pueden permitirse, y además porque mi cuerpo reaccionaba a mis mentiras convirtiendo mi rostro en un tomate. Es decir que en mi genes había unas células que reaccionaban a la mentira y se protegían dando ese color rojo a mi tez.

Pero hay gente que si sabe mentir. La mentira casi siempre se caza, porque la verdad es mas fuerte y al final es la realidad que siempre surge por encima de todo. Es cuestión de esperar. Ya lo dice el refranero popular: la mentira tiene las patas muy cortas, se caza antes a un mentiroso que a un cojo, la mentira siempre campa, etc, etc.

Pero los peores son aquellos que se creen sus propias mentiras. Esto me viene a la cabeza después de ver a esa barcelonesa que llego a engañar a todo un país diciendo que se había salvado del ataque de las torres gemelas y así durante muchos años engaño a todos. Ella vive en su propia ficción y fabrica sus historias. Pero el mentiroso debe de tener una gran memoria para saber que ha dicho y a quien, porque al final como decíamos todo se sabe y la mentira debe ser perfecta para que de resultado.

Por mi vida han pasado personas que vivieron de la mentira, que hicieron su historia y negaron la realidad. Pese a que las evidencias eran tales e irrefutables seguían manteniendo sus mentiras como la única verdad. Y cuando se veían descubiertos lo que hacían era atacar y hacer daño para que sintiera que era yo el que había hecho mal. Pero al final la verdad siempre es la que gana en cualquier historia y las mentiras van haciendo de esas personas unos tramposos que se olvidan fácilmente de quien son. Todo lo que logran con la mentira no les sirve de nada porque no son ellos los beneficiados de las cosas o de lo bien que caen sino que todo se lo deben a esa persona que han ido creando que nada tiene que ver con sus propias debilidades.

Hay quienes se sirven de la mentira para hacer que su persona brille por encima de los demás. Crean valores que no tienen y muchas veces se hacen mas importantes haciendo a los demás menos brillantes. Gracias a eso también consiguen bienes materiales porque siempre hay personas que se dejan influir pensando que esa persona es la que les conviene y no dudan en darle y cumplir con sus necesidades.

Al final tan solo hay que esperar para ver al cadáver de tu enemigo pasar por delante de tu puerta. Espero siquiera no tener que verlos. Seria un interminable pasar y pasar y ya no me queda tiempo para tanto... Que os vaya bonito!!!

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