sábado, 12 de enero de 2008

OPINIONES ENCONTRADAS. TODO TIENE UN PUNTO DE VISTA, O DOS O TRES.

Sí realmente somos cabezotas, o cabezudos como decimos en Aragón. Muchas veces sin reflexionar nos comprometemos con ideas y nadie nos apea del burro. Quizás en parte se deba al interés por el debate que siempre ha tenido la humanidad. La Iglesia ha hecho santa a Teresa de Jesús, pero se la acusaba de bruja en vida. Cualquier cosa que dice Zapatero es contestada por los tres mosqueteros justamente al contrario, aunque esa opinión sea la opuesta a la que ellos tenían cuando estaban en el gobierno. Todos vemos claro estos ejemplos de la vida que se refleja en los medios y en la historia.

Pero a nivel del pueblo llano, es decir de nosotros mismos la cosa se hace idéntica. En un matrimonio el hombre suele opinar de muchos temas totalmente en contra de su mujer, como si solo se hubieran puesto de acuerdo el día de la boda al decir si. El dueño del comercio de al lado piensa que sus precios son regalados y que no puede vivir con ellos, mientras que la maruja con su carro dice que todo esa imposible, que al final no se sabe donde iremos a parar. Estos son ejemplos de la vida diaria que también son constatables y demostrables y hasta cierto punto lógicos.

Pero luego cada uno personalmente tiene esa lucha consigo mismo cada día. Tenemos ideas contrapuestas y mentalmente nos ofuscamos buscando razonamientos que nos den la razón aunque no la tengamos. Otras veces obviamos parte del análisis o de las pruebas para no incriminarnos y salir inocentes del juicio que nos estamos haciendo. No somos capaces de ver nuestros errores y solo vemos la paja en el ojo del contrario. Así muchos juzgan reacciones que molestan condenando al vecino sin pensar por un segundo en los hechos que han conducido a estas reacciones. Es hora de que administremos justicia y coloquemos en cada lado de la balanza las cosas de uno y otro lado. Cuando alguien nos agrede, cuando alguien nos niega algo, cuando alguien nos afea, lo condenamos por estar opuesto a nuestros deseos, sin ver que quizás pueda tener graves razones para ello. Miremonos pues en el espejo, veamos cual es nuestro comportamiento para que el debate y las conclusiones sean justas para ambas partes. Aunque esto sera complicado y al final cada cual luchara por sus convicciones uno en una punta y el otro en la otra. Son cosas del ser humano.

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