viernes, 23 de mayo de 2008

Calatayud

Hacía 10 años que no había vuelto a Calatayud. Allí pasaba algunos días de mis vacaciones de verano cuando todavía era un niño. Allí aprendí a ir en bicicleta y a poner petardos en las cerraduras de las casas. En las fiestas venia un teatro guiñol donde siempre había un tal Gorgorito. Siempre me produjeron miedo los payasos y los guiñoles.
Ha cambiado mucho, de ser un pueblo grande a ser una ciudad pequeña. De ver a campesinos con sus mulas como si fuera un pueblito pequeño a ser una ciudad donde hay mas inmigrantes que gente del lugar. Ha sido la sorpresa más grande ver que hay cientos y cientos de rumanos y que ya no se habla ese español con acento peculiar de Aragón a sentir que casi pareces un extranjero en tu propia tierra. Realmente increíble.
La vida te da sorpresas como esas. Lo que crees que es de una manera, de repente es de otra forma. Sin ir más lejos, leyendo hoy cosas que escriben en la red, uno mira hacia atrás, y haciendo cuenta de los meses, del tiempo pasado,analiza fechas, suma días,piensa que acontecía hace uno o dos años, y se te pone cara de tonto. Cada día que pasa, uno ve las cosas de manera diferente, ya que a veces, cuando recapacitas, intentas ver cosas positivas, reflexionas de si tal vez actuaste mal o te equivocaste en algun momento de tu vida. Pero machaconamente ves que no es así, que las cosas son como pensabas que eran, porque la experiencia dice que uno, yo, casi nunca me equivoco.

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